miércoles, 23 de noviembre de 2011

Miércoles 23 de noviembre de 2011

Hoy es un día que me salen las palabras de los poros. Internet está poniendo aburrido, salvo chatear no es como antes que no tenía tiempo para ver todo los contenidos.
Me veo comprometido en un par de proyectos que voy a tratar de encarar lo mas seriamente posible (no soy un tipo serio) no soy un tipo comprometido con mis proyectos por mas de 48 horas, salvo que mis proyectos sean un compromiso ajeno, en ese caso tengo un sentido de responsabilidad que afrontar, sino duermo en los laureles, o lo que queda de ellos.
El viernes es la cena de fin de año y todavía no tuve tiempo de pensar en lo mucho que me voy a embolar mientras eso esté pasando. No me gustan las cenas, no tengo mucho que festejar... no hay misterio.
Del fin de semana dependen muchas cosas importantes de cara al futuro, me gusta fantasear con que todo va a salir bien, pero que todo salga bien implica que las cosas cambien radicalmente, lo que me deja pocas esperanzas. Tengo que hacer un guion, pero mi creatividad es demasiado intermitente, debería llevar un anotador donde sea que vaya.
Debería leer el libro gigante y viejo de autos que tengo que era re genial y fácil de entender. Eso me parecía interesante por momento.
La re-estructuración tiene que terminar antes de fin de año, porque el año que viene no quiero sacrificarlo como este ni ser víctima de la mala suerte de mi poco autoestima y mi negativismo absoluto.
A esta altura conseguir una novia o no no es algo que dependa de mí ni tampoco es algo que pueda esperar eternamente, tengo que seguir como lo hice mas del 90% de mi vida y si estoy destinado a volver a pasar por una situación feliz que así sea, sino... no voy a sentarme a esperar a que la mujer de mis sueños caiga del cielo, posiblemente no exista la mujer de mis sueños, seguramente si viviera en una isla desierta donde no me bombardeasen con el lavado de cerebro que representa la publicidad sexual o toda la idiosincracia de parejas y bla bla bla seguramente sería plenamente feliz y productivo. Por lo tanto, métanse sus paradigmas en el ojete.

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