martes, 8 de noviembre de 2011

Martes 8 de noviembre de 2011

Hoy desde el vamos sabía que iba a ser un día largo, pero lo que jamás imaginé fue que iba a ser un día tan frustrante y molesto, de entrada ni bien me levanté con toda la fuerza de voluntad del mundo, limpio, afeitado, con olor rico, bien vestido, con buen humor, salí a la calle con algo mas que mi propia presencia, tenía un plus, y no estoy hablando de agentes psicotrópicos, estoy hablando de un enfoque distinto y ganas de llevarme el mundo por delante.
Decidí que finalmente era tiempo de hacer algo.
Todo fue en vano. Llego a la oficina y todo empieza a salir mal, hacía mas calor adentro que afuera, la máquina se tomó mas tiempo que el que se toma habitualmente y empezó a fastidiarme de a poco, muy de a poco, de un modo extremadamente lento, es decir, a la velocidad que arrancaba, no contenta con darme un congelamiento inicial, el monitor ese simpático en complot junto al putísimo caballete que sobresale, hicieron que el primero se desconecte (tiene la conexión medio chota) y que repentinamente reciba un golpe que pudo haber sido un empujón al vacio, porque gracias al Cielo logré reprimir parcialmente la rabia que me llevó a golpearlo. Ahí fue donde empezó.
Dolor de cabeza, falta de aire, baja presión, la calamidad, y tenía que plotear 6 planos para cortar y doblar, cuando lo único que me interesaba era sentarme... cuestión que me dispongo a hacer eso, ploteo, y me voy al otro cuarto a cortar. Liberé la mesa, empecé, al cabo de dos planos cortados, decidí que sería mejor (aunque no lo fue) ir a la cocina que tenía toda la mesa libre y estaba solo cortando tranquilo, bue, no solo, estaba mi dolor de cabeza y baja presión, traté de cortar un poco sentado, pero cortar hojas grandes de papel no es una tarea para el hombre sentado. Mientras me odiaba mucho y cortaba, porque trato de ser un sujeto pragmático aunque no parezca... viene el don fumador y como la cocina tiene unas ventanas que dan al pulmón del edificio, mas bien el lavadero, siempre fuma ahí, el tema es que podría haberle pedido que ponga el extractor, si creyera que eso sirve de algo... el humo hacía que mi dolor de cabeza aumente y podría haber sido eso, pero ya empezaba a estar de mal humor claramente, al punto de responder mal, y después otro muchachillo, por buscar un espacio para boludear, también, me ve concentrado cortando pero igual tiene que pasar por un espacio chico, incluso pudiendo pasar por otro lugarejo sin molestar... para ir a buscar... ¡Un rollo de papel de cocina! ¡¿Para qué mierda quiere un rollo de papel de cocina?! Claramente, para nada importante, además después tenía que pasar molestamente de vuelta para retornar el rollo a su lugar de origen. Por otro lado hay charlas de teléfono que requieren caminar para que no se corte el llamado, e incluso caminar donde el boludo corta papel, a ver si en una de esas corta mal (que gracias a Dios no fue el caso) o si simplemente se puede molestar un poco, porque hay que caminar con el teléfono, no importa donde. Terminé de cortar y doblar los putos 6 planos y habiendo finalizado esta odiosa tarea me fui a comprar un paquete de 170 gramos de Chocolinas para que me llegue algo dulce a calmar la baja presión, que así me funciona, aunque creo que es puro efecto placebo.
La tarde fue normal pero lenta, y como tenía que venir el muchacho que nos va a asesorar 9 meses para poder cumplir con estándares de normalización ISO-9001 a las 6 yo ya suponía que iba a salir tarde, lo que jamás pensé era que la charla iba a durar casi dos horas, empezando 6:20, por lo que llegué a mi casa un poco quemado a las nueve y acá escribo esta mierda quejándome de todo pero pensando que mañana quiero por lo menos levantarme con el mismo entusiasmo pero distinta fortuna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario